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n algunos tratados de cálculo del siglo XIII los europeos recopilaron varios procedimientos de multiplicación y de división, que se diferenciaban entre si no solo por el modo en que se distribuían los números en el papel sino también por las propiedades que se ponían en juego. Por ejemplo, el “método del castillo” (abajo, 9.876 x 6.789) se usaba para multiplicar y debía su nombre a que al escribir los resultados de cada parte de la cuentas se formaban torres de número. A su vez, uno de lo9s procedimientos de división más conocidos era el “método de la guerra” (en el ejemplo, 44.977: 382) llamado así porque las cantidades que resultaban en los pasos intermedios se iban acomodando en forma similar al del dibujo de un barco de la época llamado galera. Ambos métodos se apoyan en la propiedad distributiva. Otros procedimientos vinculados a la propiedad asociativa se llamaban “método del respeto”, nombre que aludía a “separar en partes”. Actualmente en distintas partes del mundo se siguen utilizando diferentes procedimientos de cálculo, todos ellos apoyados de una u otra forma en las propiedades de las operaciones.
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